¿Qué tiene que ver el vino y el interiorismo? En Monvínic (www.monvinic.com), mucho. No podíamos dejar de enseñarte este magnífico espacio situado en el Eixample de Barcelona. Un local sorprendente por su concepto y por su decoración. Te proponemos un buen plan para este fin de semana vacacional que ahora empieza por si, quien sabe, quizás te encuentras por la Ciudad Condal estos días y te apetezca descubrirlo en persona. En cualquier caso queremos destacar que se trata de 500 metros cuadrados de forma rectangular en un cautivador viaje hacia las entrañas de la cultura vinícola. ¿Te atreves a adentrarte con nosotros en este espectacular proyecto?
Hablar de Monvínic es hablar de muchas cosas a la vez: por un lado, de un centro divulgador de la cultura del vino, y por el otro, de una recepción singular, de un centro de documentación, de un bar de vinos, de un espacio gastronómico, de una bodega, de una aula de catas, presentaciones y conferencias, y de un pequeño jardín urbano.
Este proyecto de interiorismo de Alfons Tost (www.alfonstost.com) y de su equipo Accions da respuesta a las inquietudes de Sergi Ferrer-Salat, fundador de Monvínic quien, desde hace tiempo, sentía la necesidad de compartir públicamente y en un sentido global su pasión por el mundo del vino. Tost concibió Monvínic como un gran espacio diáfano en el que sólo el cristal transparente semi-espejado de color canela independizara los ambientes, a la vez que se mantuviera la sensación de espacio único. Y el resultado es sorprendente.
Para el interiorista era determinante que el espacio transmitiera la idea de que el vino no se puede explicar tan sólo a través de tópicos referenciales -una botella, una copa o una barrica-, sino mediante percepciones ambientales creadas a partir de una atmosfera que ayudara a explicar lo que acompaña al vino en su proceso: historia, trabajo, naturaleza y conocimiento. El primer espacio significativo es un pequeño centro de documentación con librerías de roble y paredes translúcidas de cristal color canela que acoge una extensa bibliografía especializada, una mesa de consultas y una pantalla táctil para manejarse con el catálogo de referencias. Es un espacio mágico, simple, cálido y natural donde los libros son los auténticos protagonistas.
En frente, se halla el bar de vinos. Se trata de otra zona abierta y eminentemente social que alberga los vinos del día, una selección a cargo del equipo de sumilleres de Monvínic, siempre llena de sorpresas y buenas sugerencias. Éste es el espacio más versátil y flexible, en el que se puede estar de pie, sentado en taburetes en la barra o cómodamente en unos irresistibles sofás forrados de suave piel de potro. La bodega es una pieza clave de Monvínic y espectacular por sus dimensiones y filosofía. Permanentemente refrigerada, está iluminada con fibra óptica para no alterar las condiciones de temperatura y toda ella se muestra acristalada con vidrios oscuros que filtran la luz evitando destellos solares o de iluminación sobre las botellas.
Si el negro es el color del bar de vinos, el blanco puro es el del espacio gastronómico. Lo protagonizan dos únicas mesas de 6,5 metros que en realidad son como dos grandes lenguas blancas y pulcras con una cavidad refrigerada de acero inoxidable en el centro de cada una para conservar las botellas en seco y con la temperatura adecuada. El material empleado en las mesas es el Corian blanco y pulido para evitar porosidades y asegurar este tratamiento de higiene clínica que tiene todo el espacio. Cada comensal, además, dispone de un punto de luz de fibra óptica insertada a su derecha para poder observar de cerca su copa de vino sin someterlo al calor de las bombillas tradicionales.
El aula de catas, presentaciones y conferencias es otro acristalado espacio que comunica también con el jardín. Predomina el color canela y la madera vieja y la sensación de sentirse lejos del mundanal ruido de las calles barcelonesas y más cerca de los viñedos que dan origen a sus vinos. Podríamos explicar muchas cosas más de este increíble lugar, pero te animamos a que lo descubras tú mismo y nos cuentes.
