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¿Te apuntas a un viaje… al ESPACIO?

Sí, sí, has leído bien: al espacio. No nos hemos vuelto locos. El post viajero de este viernes te propone un destino lleno de magia. ¿Sabes que casi casi ya es posible? Y todo gracias a la empresa española Zero2Infinity, la cual ha desarrollado el proyecto Bloon (www.inbloon.com) para transportar viajeros hasta la frontera entre la Tierra y el espacio y de una forma asequible, cercana y limpia. El servicio está previsto que empiece a funcionar entre 2013 y 2015.

La idea surgió de la mente de José Mariano López-Urdiales, un ingeniero aeronáutico granadino formado en el MIT, cuyo padre, un reputado astrofísico, despertó en él siendo un niño el sueño de crear un globo espacial que pueda llevar a las personas a la estratosfera, donde la Tierra se ve de día y de noche. Todo está más que estudiado: el medio de transporte, la distancia, el regreso e incluso la sensación que se vive allá arriba.

Las mejores vistas de la Tierra

Existe una distancia respecto a la Tierra donde los aviones no se sustentan debido a la aerodinámica, porque la cantidad de aire en la atmósfera es mínima. Es ahí donde se dice que comienza el espacio, en la llamada Línea de Kárman, a unos 100 kilómetros de altura. El globo estratosférico Bloon no irá tan lejos, se quedará en los 36 kilómetros, punto en el que el viajero podrá deleitarse con las vistas de la curvatura de la Tierra, la atmósfera y el espacio exterior con sus estrellas.

Hoy por hoy ya existen propuestas para viajar al espacio, como la de los rusos, en el cohete Soyuz y por la módica cantidad de 50 millones de dólares por cabeza. O con la nave SpaceShipTwo, de la empresa norteamericana Virgin Galactic, a 200.000 dólares por persona. Y en ambos casos, la experiencia allá arriba apenas dura unos minutos. Por su parte, con el invento catalán Bloon, el precio se rebaja a los 110.000 euros y el viaje dura 5 horas y media.

Bloon consiste en un globo del helio del que cuelga una cápsula presurizada, como la cabina de un avión, de unos cinco metros de diámetro con amplios ventanales para ver la panorámica y con capacidad para cuatro viajeros y dos pilotos. La ascensión, de unas dos horas, es pausada y tranquila, para poder disfrutar de las vistas, y alcanzado el objetivo de los 36.000 metros de altura, el viajero permanece otro par de horas en ese punto “donde vivirá una experiencia transformadora, ya que crecerá su empatía con el planeta”, declara López-Urdiales, mientras escucha música y degusta una deliciosa cena.

Para subirse en el Bloon no hace falta ninguna preparación especial, tan sólo llevarse unas gafas de sol. El precio incluye dos noches previas en un hotel de lujo, con preparación holística del tipo masajes, meditación, buen descanso, comida ligera. El regreso consiste en soltar el globo de helio, se abre entonces un paracaídas y se desciende suavemente; se avisa que quizás pueda haber algún momento de sensación de ingravidez que puede llegar a ser divertida. El globo, una vez caiga a tierra, se recupera el equipo eléctrico y se recicla el polietileno.

Para disfrutar de este tipo de turismo espacial, de lujo sostenible, tan sólo has de entrar en su página web y apuntarte a la lista de espera que ya tienen. Este viaje, que representa “el primer paso para seguir explorando y llevar al ser humano más lejos”, también está abierto a los científicos e incluso para reuniones de negocios que busquen una perspectiva global real. Lo que está claro, según su inventor, es que vivir la experiencia de Bloon “te hace un poco mejor persona”.

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