Hoy queremos preguntarte: ¿conoces al mayor de los pequeños estados europeos? Se trata del Principado de Andorra, situado en el corazón de los Pirineos, un destino de 468 kilómetros cuadrados que resulta genial turísticamente hablando desde enero a diciembre, pero es ahora, cuando despuntan los primeros fríos, que este lugar se convierte en centro de perenigraje para los amantes de los deportes blancos.
Hablar de Andorra es hablar de naturaleza en estado puro porque, la mires por donde la mires, ofrece una belleza incomparable de escenarios donde el verde de sus montañas (en verano) y el blanco (en invierno) se funde con el azul del cielo creando una estampa natural impresionante que sabe conjugarse con su moderno día a día y con un legado histórico milenario. ¡Todo un lujo para el turista! Y todo este potencial atractivo está más cerca de lo que nos pensamos, en los Pirineos Orientales, entre Francia y España, y aunque no se le exige al visitante -sea de la nacionalidad que sea- ningún visado, para acceder ha de pasar necesariamente por uno u otro país. Su población apenas supera los 84.000 habitantes con una edad media de 39 años y la organización territorial del país se estructura en siete parroquias que son las primeras y últimas instancias administrativas por debajo del Gobierno de Andorra.
Andorra: un pequeño país que descubrir
Uno de sus principales reclamos en Andorra son sus compras, teniendo en cuenta que posee 22 ejes comerciales repartidos entre todas las parroquias que suman más de 1.500 tiendas, donde destacan las primeras marcas en cualquiera de los sectores: deportes y ocio, alimentación y tabaco, electrónica, perfumerías, ópticas, moda, motor… La Avenida Meritxell de la capital andorrana es un trasiego constante en cualquier época del año. Cuenta la leyenda que Carlomagno fundó Andorra en el año 805 en reconocimiento a la ayuda prestada por sus habitantes contra los sarracenos, pero lo cierto es que este país milenario ofrece un legado histórico digno de visitar, destacando las diversas muestras de arte románico en monumentos y edificios. A ello hay que sumar sus itinerarios culturales, sus fiestas y tradiciones.
De la totalidad del territorio andorrano, sólo un 8% está urbanizado y cultivado; el resto, son bosques, lagos, ríos y montañas, por lo que no es de extrañar la cantidad de actividades que este lugar invita a realizar al aire libre para disfrutar de semejante riqueza natural. El senderismo en época estival y el esquí en invierno son las propuestas reina de visitantes y habitantes quienes disfrutan de un clima de alta montaña con influencias mediterráneas caracterizado por inviernos fríos y veranos suaves.
De Andorra podemos decir, además, que cuenta con una oferta hotelera de primer nivel, una gastronomía más que exquisita y un sinfín de acontecimiento culturales y deportivos de carácter internacional. Todo ello es capaz de atraer al turista… y atraparlo!
Más información: www.andorra.ad
